El investigador del Centro IDEAL y académico de la Universidad de Concepción, Dr. Erasmo Macaya, ha compartido más de 300 fotografías en la aplicación I-Naturalist. En sus clases, el celular se transforma en una herramienta de trabajo y divulgación.
Erasmo Macaya Horta, doctor en Biología Marina e investigador del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) y académico de la Universidad de Concepción, ha dejado de ser un usuario promedio de la tecnología y, en la actualidad, aprovecha al máximo las nuevas aplicaciones de celular. A sus estudiantes de asignaturas como biodiversidad o botánica marina, los incentiva a usar herramientas digitales para describir lo que observan en terreno.
En la última versión de “Ciencia al seco”, evento organizado por la Fundación Mar y Ciencia, el Laboratorio de Ecofisiología y Biotecnología de Algas (LEBA) de la Universidad de Magallanes (UMAG), el Instituto Antártico Chileno (INACH) y el Centro IDEAL, el investigador aseguró que ha compartido más de 300 especies fotografiadas a lo largo de Chile, Nueva Zelanda y otros países.
Durante esta semana, y tras su última expedición científica en Magallanes, Macaya publicará imágenes de especies del Fiordo Yendegaia en la aplicación I-Naturalist. (https://www.inaturalist.org/) En ella, las observaciones (registros) en la plataforma alcanzan cerca de 12 millones, 17.2000 especies y cerca de 317.000 observadores – para chile hay poco más de 14 mil observaciones y 2.200 especies registradas que promueven explorar las observaciones que realizan. Macaya comenzó como un usuario promedio, compartiendo el quehacer diario, pero al poco tiempo, vio el potencial de las aplicaciones. Ahora las utiliza con sus estudiantes y en terreno.
“Dentro de los cursos que dicto, utilizo I-Naturalist como herramienta de evaluación. Los estudiantes van a terreno, sacan fotografías de las especies, y luego suben el contenido”, afirma Macaya, quién además les exige un número determinado de imágenes y la descripción de lo que observan, considerando la materia vista en clases.
“Lo destacable, es que en estas aplicaciones hay especialistas que te dicen qué especie estás observando”, comenta el académico.
Entre las posibilidades podría suceder que alguien encuentre un organismo que no está descrito en cierto lugar, como, por ejemplo, un posible invasor. El investigador finalmente destacó que hay muchas personas que en su vida diaria están visitando y observando distintos lugares, lo que “aporta mucho a los científicos. Esa relación es entretenida y, en definitiva, una contribución al conocimiento de la biodiversidad, la valoración, pues es más fácil conservar lo que se conoce”.