[OPINIÓN] La pandemia del plástico en tiempos de delivery, guantes y mascarillas

2388
Julia Saravia, Doctorante en la Universidad Austral de Chile – Centro IDEAL

El tiempo pasa, y con pandemia o no, ya estamos a mitad de año, sí, mitad-de-año. Hoy es 3 de julio 2020, y es el Día Internacional sin bolsas plásticas. ¿Se acuerdan de las malvadas bolsas plásticas? Volvieron, pero, aunque ya no las dan en el súper, ahora te las traen a tu casa. La pandemia del Covid-19 postergó muchas más cosas que la NBA o el Lollapalooza, y una de esas es la campaña contra el plástico. En 2018, Chile se convirtió en el primer país de América Latina en decirle “chao a las bolsas plásticas1 y en tan sólo un año, evitó el uso de 16.710 toneladas de plástico, o el equivalente en peso a casi catorce mil autos, según indicó el ministerio de Medio Ambiente2. Antes de eso, 3.400 millones de bolsas plásticas eran usadas por los chilenos cada año.

La Asociación de Plástico de Chile (ASIPLA) indica que tan sólo el 8% de los plásticos se pueden reciclar, y en Chile no hay capacidad para reciclar la cantidad que consumimos3. Por eso la ley anti bolsas fue tan celebrada, y aunque no resolvía el problema, era un primer paso, sobre todo cultural. Las encuestas previas revelaron el gran apoyo de la ciudadanía, y podríamos decir que al 95% de los chilenos les importaba su mar. Con tan buenos resultados, en 2019, Chile se fijó la meta de incrementar en un 60% el reciclaje de envases y embalajes de plásticos, y para 2025, según la Ministra de Medio Ambiente Carolina Schmidt, se esperaba que el 100% de los envases plásticos fueran reutilizables o biodegradables4. Buen panorama, pero llegó el Covid-19, y adiós NBA, adiós Lollapalooza y adiós lucha contra el plástico.

Estos meses el reparto a domicilio se ha disparado, y es la alternativa de elección para mantener la “normalidad” de nuestro estilo de vida rápido y fácil: envases de plumavit, vasos, bolsas, y esos potecitos de salsa de soya que están en la mesa una hora, pero que en el planeta circularán por cientos o miles de años, igualito que las bolsas.

A ese plástico tan cotidiano, no sólo lo masificamos, sino que ahora le sumamos guantes, pantallas y mascarillas quirúrgicas, que vemos regadas por las calles y parques de las ciudades, siguiendo la misma ruta que tenían las bolsas de supermercado, esa ruta que va hacia el mar.

El plástico de mascarillas, guantes y en general de todo Equipo Protección Personal (EPP) no se recicla. No podemos discutir mucho el uso de plástico para el área de la salud, es un material necesario que se utiliza exclusivamente cuando lo bioseguridad lo requiere. ¿Pero yo, en mi casa, necesito una mascarilla quirúrgica al día…para ir al supermercado? La respuesta es: No. En España, por ejemplo, buzos ya han notado capas de EPP en el fondo marino5. La cuestión de fondo es, ¿por qué aceptamos la dicotomía de tener que escoger entre la salud o el medio ambiente? ¿Son excluyentes? La respuesta es, de nuevo, no.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que una mascarilla reutilizable, lavada adecuadamente es protección suficiente si se higieniza bien y acompaña al lavado de manos frecuente. Dado que el uso masificado de EPP es un fenómeno nuevo, no existen estudios sobre cuál será el impacto de desechos de este tipo, en las cantidades generadas estos meses. Usar mascarillas quirúrgicas innecesariamente, es al final, igual o peor que una bolsa.

El plástico en si no es un residuo, es más bien un recurso, el problema es el uso que le damos6. Todo plástico no esterilizable, no reutilizable, y de uso único debería tratarse con la mesura con la que tratamos cualquier otro material peligroso, contaminante y persistente. Yo no me imagino entrando uranio a mi casa, sin embargo, no me hace tanto ruido que no sólo la pasta de dientes que uso tenga microplásticos, sino también el pescado que estoy comiendo, que tragó microplásticos marinos toda su vida y ahora está en mi mesa, justito al lado del potecito de soya7. Me he convertido en esclava de la inmediatez, y si no me afecta ahora como una pandemia, entonces no es problema. Pero ¿La pandemia que hoy nos está haciendo retroceder en nuestra conciencia respecto a la basura, nos traerá más pandemias a futuro? Como consumidores, muchas veces recae en nosotros la responsabilidad moral y económica de buscar alternativas sustentables. Algunos lo logran mejor que otros. Como individuos podemos hacer el ejercicio de preguntarnos, ¿es necesario? ¿hay alternativas? y si las hay, optar por ellas. Lavar e higienizar lo reutilizable es más que suficiente. A algunos se lo podemos exigir más que a otros, a nuestros gobernantes por ejemplo.

El Acuerdo de Escazú es un tratado medioambiental que en líneas generales establece el derecho de las personas a vivir en un medio ambiente sano, en desarrollo sostenible y con el acceso a la información ambiental transparente por parte de sus gobiernos. Para que dicho acuerdo entre en vigencia, 11 de los 33 países de América Latina deben ratificarlo a fin de alcanzar el quorum mínimo. El gobierno actual se ha negado sistemáticamente a firmarlo, argumentando que los contenidos del Acuerdo ya son parte de la normativa ambiental de Chile, y que firmarlo implicaría una amenaza a la soberanía.

Entonces cabe preguntarse ¿Qué tal si dejamos de aferrarnos a este estilo de vida insustentable, que justamente nos trajo ante un colapso, y redirigimos ese esfuerzo en cuestionarlo, y por qué no, cambiarlo?

 

 

REFERENCIAS

  1. http://chaobolsasplasticas.cl/
  2. https://mma.gob.cl/tag/bolsas-plasticas/
  3. http://www.asipla.cl/asipla-presento-primer-estudio-sobre-reciclaje-de-plasticos-en-chile/
  4. https://www.biobiochile.cl/noticias/sociedad/debate/2019/08/02/chile-deja-de-utilizar-16-170-toneladas-de-bolsas-plasticas-a-un-ano-de-la-ley-que-las-prohibe.shtml
  5. https://www.aa.com.tr/en/environment/face-masks-latex-gloves-begin-to-trickle-into-seas/1868246#
  6. https://co-inventa.com/2019/07/29/la-confusa-realidad-entorno-a-la-prohibicion-de-bolsas-plasticas-en-chile/
  7. http://www.fao.org/3/a-i7677e.pdf