La unidad fue acreditada como prestador institucional tras cumplir con los estándares de calidad fijados por la autoridad sanitaria. El laboratorio, único en Chile, se especializa en la pesquisa neonatal, diagnóstico y seguimiento de personas con enfermedades metabólicas hereditarias.
Comunicaciones INTA. 65.591 exámenes analizados durante el 2018, provenientes de más de 30 hospitales y clínicas a lo largo Chile y otros países de Latinoamérica, es reflejo del importante trabajo que cumple el Laboratorio de Enfermedades Metabólicas del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile (INTA), unidad que el 2019 agregó como hito a su historia la acreditación como prestador institucional otorgada por el Ministerio de Salud (MINSAL) de nuestro país.
El laboratorio, fundado en 1976 y designado en 1999 como centro de referencia por la autoridad sanitaria, se especializa en la pesquisa neonatal, diagnóstico y seguimiento de personas con enfermedades metabólicas hereditarias. «Esto se realiza a través de un grupo multidisiplinario que acoge la demanda que se genera en todo Chile y coopera activamente con países vecinos, en el máximo que nuestro grupo puede ofrecer a pesar de las distancias», explicó la profesora Verónica Cornejo, jefa encargada de esta unidad.
La acreditación por tres años certifica la calidad de este laboratorio único en Chile creado para dar solución a un problema país, consistente en otorgar un diagnóstico certero en este tipo de patologías y hacerle un seguimiento a largo plazo, labor clínica y de laboratorio que ha permitido prevenir la discapacidad intelectual en más de 800 niños de todo Chile.
Esta resolución, que asegura a los usuarios acceso, oportunidad, protección financiera y calidad en las prestaciones que la unidad entrega día a día, constituye una herramienta de la política pública nacional para el cumplimiento de estándares básicos de atención segura, tanto en la red pública como privada.
El proceso de evaluación contó con diversas etapas, involucrando activamente al equipo humano del laboratorio y organismos como el MINSAL, las Secretarías Ministeriales de Salud, la Superintendencia de Salud (SIS) y el Instituto de Salud Pública (ISP). Para llegar a este dictamen, el INTA trabajó durante tres años en una etapa de planificación e implementación de calidad, que destacó por su desarrollo participativo al sumar el compromiso de los directivos y la capacitación de todo el personal.