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Migración y Salud: Mitos y realidades

Lorenzo Palma
Lorenzo Palma Morales es Periodista, Licenciado en Comunicación Social y Bachiller en Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Austral de Chile. Diplomado en Periodismo de Investigación de la Universidad de Chile y Magíster en Desarrollo Rural, Becado por CONI- CYT (UACh), Diplomado en Escritura Creativa de No Ficción por la Universidad Alberto Hurtado. En el año 2018 fundó el medio de comunicación nacional y agencia de contenidos www.cienciaenchile.cl, del cual es su director. Ha participado organizando actividades de divulgación y difundiendo resultados de investigación en innumerables proyectos de norte a sur del país.

Dra. Zaray Miranda Chacón
Médico-Cirujano Universidad de Costa Rica
Estudiante phD Ciencias Médicas – Universidad Austral de Chile.

La migración no es un fenómeno reciente, a lo largo de la historia los seres humanos se han movilizado entre territorios por diversos motivos. Una persona migrante es aquella que cruza fronteras internacionales o se moviliza dentro del territorio de su propio país de origen, sin embargo, este término no engloba toda la complejidad del fenómeno de la migración. Se estima que un 3,3% de la población mundial son migrantes, para el 2015 esto correspondía a alrededor de 244 millones de personas.

Con el fin de contribuir con datos científicos a este debate y que se tomen decisiones políticas basadas en la evidencia, en 2018, The Lancet, prestigiosa revista médica británica, constituyó una comisión para analizar la situación de la salud y la migración. A continuación, se resumen algunas de las conclusiones más relevantes que se presentan en el informe «The UCL-Lancet Commission on Migration and Health: the health of a world on the move«.

Mito 1: la cantidad de migrantes ha aumentado exponencialmente en los últimos años.

Según los datos aportados por la comisión, esto es falso, entre 1990 y 2017 el porcentaje de personas migrantes internacionales ha pasado de 2,9% a 3,4% de la población mundial. Además, la cantidad de personas migrantes en los países de alto ingreso es considerablemente menor que en los países de ingreso medio y bajo. La mayoría de personas que migra lo hace dentro de su propio país de origen, de zonas rurales a urbanas, por ejemplo, esto rara vez se considera al hablar de este fenómeno.

Mito 2: los migrantes representan una carga económica importante para los países que los reciben.

Es falso también, por el contrario, gran parte de las personas que migra lo hace en búsqueda de mejores opciones laborales y condición de vida principalmente a países de alto ingreso, por lo que representan parte de la fuerza laboral que aporta a su economía.

Mito 3: la tasa de natalidad entre los migrantes es mucho mayor que la de la población nacional.

No existe evidencia que apoye esta afirmación. Algunos estudios revisados por la comisión indican que las cifras de población migrante difícilmente alcanzan los niveles para el recambio generacional, incluso se nota una baja en la tasa de natalidad de migrantes en algunos países de Europa.

Mito 4: los migrantes cargan enfermedades que ponen en riesgo a la población de los países que los reciben.

Falso, el riesgo de transmitir enfermedades de las personas en tránsito a los ciudadanos del país de origen es bajo, la revisión científica realizada por la comisión no encontró pruebas a favor de este enunciado. Para que se desaten epidemias, son múltiples los factores que intervienen en la propagación de una enfermedad, por lo cual atribuirlo directamente a las poblaciones migrantes solamente sirve para estigmatizar y que pueda aprovecharse como parte del discurso xenofóbico.

A pesar de que es parte de la dinámica de las sociedades humanas, en la actualidad se ha utilizado la figura de la migración como parte de la retórica xenofóbica y racista a la que peligrosamente han acudido algunos políticos. Resulta determinante el informe de esta comisión al refutar con evidencia científica estos mitos infundados y en su lugar ofrecer propuestas para un abordaje desde políticas de salud pública. Finalmente debe destacarse que un buen sistema de salud, democrático e inclusivo, es la mejor prevención que se puede hacer la propagación de enfermedades, las altas tasas de natalidad y la desigualdad en lo que debe considerarse un derecho humano, la salud.

Para más información se puede acceder al informe completo en la siguiente dirección: https://www.thelancet.com/commissions/migration-health

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