Investigación se preocupa de estudiar las dimensiones psicosociales del riesgo de desastre asociado al cambio climático en la región del Ñuble

El Dr. José Sandoval Díaz es académico de la Universidad del Biobío (UBB) y está realizando una investigación cuyo propósito es analizar el componente adaptativo del cambio climático a escala local, incorporando elementos psicosociales como las susceptibilidades y capacidades de afrontamiento, pero también aquellas variables propias del ambiente como la exposición, frecuencia e intensidad de peligros.
Lorenzo Palma, Ciencia en Chile.- En su primer año de trabajo de investigación Fondecyt, el Dr. Sandoval está levantando información sobre la región de Ñuble, por su alta exposición a eventos extremos, tal como inundaciones, olas de calor, sequías y escasez hídrica, por nombrar algunas, además por ser la segunda región del país con más pobreza multidimensional, lo que complejiza los escenarios de riesgo de desastre socionaturales bajo el cambio climático.
La agricultura es especialmente sensible al cambio climático y debido a ello las consecuencias directas o indirectas son preocupantes. Justamente en esta etapa de investigación, un grupo de interés son los agricultores de la región de Ñuble. En los análisis el equipo de investigación está enfocado en la percepción de riesgo ante la sequía de los agricultores para conocer no sólo cuán expuestos y susceptibles están frente a ese evento, sino también para identificar las capacidades con que cuentan, qué conocimientos poseen, cuál es el grado de percepción del riesgo, cómo lo han afrontado y qué confianzas institucionales poseen.
“En términos globales, de acuerdo a la literatura el potencial impacto se refleja en el aumento de los precios en insumos agrícolas, la disminución de precios de productos agrícolas, enfermedad y muerte del ganado, y exposición a plagas y enfermedades de los cultivos”, comentó El Dr. Sandoval, respecto a este grupo de estudio.
En el ámbito de la resiliencia, los agricultores han tomado medidas de adaptación, entre las que destaca el investigador son relacionadas a los cultivos mixtos, la alternancia en la fecha de siembra, la recolección de agua de lluvias, entre otras. Entre las limitaciones que dificultan la adaptación, explica el académico de la UBB, están que los recursos agrícolas son limitados, lo mismo que la capacidad financiera, falta de conocimiento e información, y de apoyo institucional público y privado a nivel local.
Otro grupo de interés para el presente año en el marco del proyecto “Riesgos socionaturales intensificados por el cambio climático: Análisis de la Vulnerabilidad-Resiliencia social a escala local”, nombre del proyecto Fondecyt de Iniciación N° 11200683 que dirige el investigador de la UBB está enfocado a las personas mayores y adolescentes.
Las proyecciones indican que la población de 65 años o más se duplique para el año 2050 en el planeta. Muchos adultos mayores viven con enfermedades crónicas o dependencia de otras personas para su movilidad. Esto en una situación de cambio climático, tal como el calor extremo, mala calidad del aire o falta de agua, puede conducir a serios problemas.
El Dr. Sandoval, detalla que, al hablar de personas mayores es fundamental establecer un diálogo en torno a sus distintas capacidades para afrontar potenciales escenarios de riesgo. “Es fundamental reconocer las estrategias adaptativas que pueden llevar a cabo y, sobre todo, escuchar y dialogar desde su percepción sobre el problema. Diversas investigaciones destacan que las personas mayores tienden a mostrar mayores niveles de resiliencia en respuesta al trauma que las personas más jóvenes”.
En cuanto a los adolescentes estos eventos afectan sus emociones, surgiendo miedo, tristeza, rabia, angustia, estrés, mayores tasas de autolesiones y suicidios. Frente a esto es esencial validar sus emociones, ya que, esta es una fase evolutiva compleja en donde se exacerban los efectos.
El investigador aprovechó de comentar que estos temas tienen un carácter complejo, sumado a un contexto de pandemia, requiere de un abordaje interdisciplinar, donde se ha articulado la geografía y antropología de los riesgos, pero también con las ciencias básicas que se ocupan de las características de los peligros naturales. “El cambio climático, al igual que otras áreas como el envejecimiento y la misma pandemia, son problemáticas que nos interpelan a trabajar de forma colectiva” concluyó el experto.