Confirman por primera vez que los bosques de macroalgas son guarderías para el tiburón pintarroja

Investigadores de la Universidad Austral de Chile evidencian por primera vez el rol de los bosques de macroalga de Lessonia trabeculata en la conservación del tiburón pintarroja.

Cápsula con un embrión en un estado de desarrollo más avanzado. Se puede apreciar al embrión con cabeza y cuerpo bastante desarrollados. Al costado de la cabeza se ven los filamentos branquiales. En este estado de desarrollo el pequeño tiburón no es capaz de bombear agua a través de la boca por lo que las branquias deben estar afuera para obtener oxigeno del medio. Autoría: José Emilio Trujillo.
Celeste Skewes, Ciencia en Chile. Los bosques de macroalgas son conjuntos extensos de algas de gran tamaño, alcanzando en algunos casos hasta 10 metros de altura, que se expanden sobre arrecifes rocosos. Como si fueran árboles que se agrupan, estas algas forman verdaderos bosques acuáticos, densos, dinámicos y riquísimos en nutrientes, convirtiéndose en un ecosistema fundamental para la sobrevivencia de organismos y animales marinos, entre ellos el tiburón pintarroja.
El tiburón pintarroja (Schroederichthys chilensis), habita en la costa de Chile, desde Arica hasta el Estrecho de Magallanes, escogiendo los bosques de macroalga Lessonia trabeculata para depositar sus huevos. Por causa de la complejidad y dinamismo del hábitat, los bosques de Lessonia trabeculata se convierten en zonas de cría ideales al proteger y amortiguar condiciones amenazantes como corrientes fuertes, temperaturas extremas, entre otras.
En busca de entender qué variables son relevantes para el tiburón pintarroja a la hora de seleccionar los bosques como zonas de cría y en qué parte de las algas los tiburones depositan sus huevos, José Emilio Trujillo, Biólogo Marino de la UACh, encabezó un estudio junto con otros investigadores de la misma universidad: Dr. Luis Vargas-Chacoff, académico del doctorado de Acuicultura de la UACh, el Dr. Luis Pardo y Dr. Nelson Valdivia, ambos pertenecientes al programa de doctorado de Biología Marina de la misma universidad. Con apoyo del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (FONDAP-IDEAL) y FONDECYT (N.V. 1161699 y 1181300, L.P.M. 11105388).
“La pintarroja usa estas macroalgas para anclar y enredar sus cápsulas [huevos] en ellas. Hay una relación importante entre estas estructuras físicas y el proceso de oviposición y reproducción de la especie. Nosotros buscamos reconocer qué variables estructurales del ambiente eran importantes para que estos hábitats sean seleccionados por esta especie”, dice Trujillo.
Durante un año (2016) se estudiaron los bosques de Lessonia trabeculata en dos sitios de la costa valdiviana: el Morro Gonzalo, a la salida del estuario del Río Valdivia y la Caleta Huiro, en Chaihuin. A través de buceo, los investigadores muestrearon diversas variables del ecosistema del bosque, además de realizar conteo y estimación del estado de desarrollo de los embriones dentro de los huevos en cada alga.
“La gracia que tenían estos dos lugares era que existían las mismas especies de algas. Entonces, lo que queríamos ver era si realmente teníamos el mismo patrón de distribución a pesar de que la dinámica hidrográfica era diferente”, explica el Dr. Vargas-Chacoff.
Como resultado, esta investigación comprobó la preferencia del tiburón pintarroja por los bosques de Lessonia trabeculata para la oviposición, y se evidenció que la altura de las plantas fue la variable más importante para determinar dónde estaban la mayor cantidad de cápsulas. “Aparentemente, la pintarroja estaría seleccionando partes del bosque donde hay plantas mucho más altas y bosques más densos y más agregados, porque eso implica que hay más estructuras disponibles para que la Pintarroja pueda anclar sus cápsulas” señala Trujillo.

“Cápsula Ovígera”: Cápsula que fue depositada en cautiverio en el Laboratorio Costero de Recursos Acuáticos Calfuco y tiene unos pocos días de haber sido depositada. Esta foto esta tomada a contra luz por lo que se puede apreciar en su interior el saco de vitelo. En el extremo izquierdo se aprecian los filamentos del ovisaco los cuales son muy pegados durante los primeros días. En el extremo derecho están los zarcillos, también bastante flexibles los primeros días. Ambos se endurecen al contacto con agua salada con el tiempo lo que provoca que el anclaje se apriete. Autoría: José Emilio Trujillo.
Los inéditos resultados de la investigación se convierten en información de gran importancia para evaluar el estado de conservación del tiburón pintarroja en Chile, acerca del cuál hasta la fecha no existían datos, y para comprender la importancia vital de los bosques de macroalga que están altamente amenzados por la extracción directa en Chile (para ver más detalles ir al artículo publicado en la revista MEPS con DOI: https://doi.org/10.3354/meps12818 )
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