Carretera hídrica y cambio climático en tiempos de Covid


Dra. Nicole Colin, académica del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas (ICAEV) de la Facultad de Ciencias de la Universidad Austral de Chile y docente del programa de doctorado en Ciencias, Mención Ecología y Evolución UACh.
Sin duda la contingencia actual ha desviado nuestra atención, debido a la constante preocupación por la expansión del virus y los problemas sociales gatillados por la disminución del campo laboral. Si bien, esta larga cuarentena ha sido un respiro para nuestros ecosistemas, y un soplo de aire fresco para el cambio climático, los grandes proyectos de desarrollo siguen vigentes, y toman más fuerza por el desvío de nuestra atención.
Lamentablemente esto es una ocasión propicia para que avance la implementación de un proyecto francamente aberrante, la carretera hídrica, debido a que no están considerando los grandes impactos ambientales que esto conlleva. Lamentablemente el desvió de nuestra atención ha sido propicio para que el proyecto ya se encuentre en proceso de evaluación.
El cambio climático es un tema muy vigente y el escenario de COVID-19 ha permitido que las emisiones de carbono disminuyan debido a la reducción drástica de nuestra movilidad y una menor producción industrial. Esto último solo en algunos países, en Chile la producción en general no ha parado, y no ha existido una cuarentena estricta, eso se refleja los altos índices de contagios, sobre todo en la región Metropolitana.
Continuando con el tema de cambio climático, ¿qué sucederá cuando el confinamiento termine y comencemos a desplazarnos nuevamente? Los índices de emisiones se incrementarán otra vez, pero tenemos que ser conscientes que el problema que se viene es grave. La disminución de las precipitaciones será visible, de hecho, ya lo hemos vivido en la última década, muchos ríos están secos en la actualidad, ríos que hace 10 años presentaban un caudal permanente, o al menos estacional en algunos lugares.
Un ejemplo claro son los ríos que existían en la Provincia de Petorca podían proveer de agua a las comunidades para un uso sustentable a pequeña escala. ¿Pero qué ha sucedido? El cambio climático cumple su rol en la disminución de las lluvias, pero también el mal manejo debido a la extracción desmesurada del recurso agua para el riego de un monocultivo masivo como son los paltos, lo que ha exacerbado el proceso.
El punto es el siguiente, si continuamos haciendo un mal manejo en este escenario de cambio climático, la zona central de Chile será ampliamente afectada, con ríos secos o con un caudal drásticamente reducido, con altas concentraciones de contaminantes, además. Por esta razón, el tema de la carretera hídrica no es menor. Por una parte, si el cambio climático continúa con sus efectos a la tasa actual, en 10 años más el río Biobío tendrá una disminución importante de su caudal y, en 50 años, podríamos esperar que tenga características de un río de régimen mediterráneo. Este nuevo escenario al parecer no lo están considerando, como siempre en Chile está la visión cortoplacista, que ha llevado a grandes impactos en nuestros sistemas, y la carretera hídrica podría ser una de las mayores aberraciones.
Entre otros de los impactos, además de la reducción de caudal, es la disminución de nutrientes y sedimentos que llegan al mar. Uno de los factores por el cual la zona costera de Biobío es tan productiva, además de las surgencias, es por el aporte del río Biobío. Lo que nos lleva a otro punto importante, el agua no se pierde en el mar. Esa es la visión que nos quieren vender, desde una ignorancia de la clase política que solo pretende aumentar los ingresos económicos tomando medidas no informadas.
Los ríos son sistemas dinámicos e interconectados, con una zona de transición entre agua dulce y mar, en el cual ocurren procesos ecológicos y bioquímicos importante para la regulación y el equilibrio.
La invasión de especies es otro efecto negativo, el río no es solo agua, hay todo un mundo subacuático, diferentes formas de vida, desde microalgas hasta peces y mamíferos. Los organismos más pequeños pueden ser transportados fácilmente a través de esta carretera, potenciando el transporte y colonización de especies que son externas a su lugar de origen. Estas invasiones pueden producir efectos importantes en la regulación de la productividad ecológica y las tramas tróficas, entre otros. La extracción deliberada de agua para poder proveer a las regiones de más al norte con agua no es la solución. La solución es más profunda y tiene que ver con nuestra forma de operar, actualmente lo hacemos a través de sistemas productivos masivos, tenemos que cambiar esa visión, los sistemas productivos de pequeña escala podrían ser una de las soluciones más efectivas para hacer frente al cambio climático.
Nuestra vida como la conocemos hasta ahora tiene que cambiar, no podemos esperar volver a la normalidad como la conocemos. Cuando esta pandemia sea superada, nos encontraremos nuevamente con la problemática del cambio climático y debemos comenzar a cambiar nuestra visión, esa visión productiva y consumista actual no es la vía. No podemos permitir que implementen megaproyectos que a un mediano y largo plazo causen un impacto tan severo a nuestros sistemas acuáticos, la carretera hídrica no es un proyecto viable y no podemos dejarnos engañar.
Debemos estar atentos, y oponernos fehacientemente. El encierro y la pandemia debe hacernos reflexionar sobre qué es lo verdaderamente importante y la verdad si no tenemos un planeta en equilibrio, ¿cómo pensamos sobrevivir?
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