8 mil millones de personas en el mundo y escasez de recursos, ¿Cómo abordar esta problemática?
Según estimaciones de la ONU, la población mundial ya alcanza los 8 mil millones de personas en el mundo, ahora bien, ¿qué efecto tiene esto en los recursos del planeta?
Millaray Mariqueo, Ciencia en Chile. – Magdalena Jensen, académica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción y especialista en recursos indicó, en relación con el informe de la ONU, que mientras más seamos, más recursos necesitamos en infraestructura, agua, comida y otros elementos, lo que a largo plazo tiene consecuencias en los recursos naturales que se utilizan para obtenerlos, especialmente en Chile, un país que ya cuenta con crisis hídrica.
Ahora bien, aparte de la necesidad de generar mayor cantidad de recursos, se encuentra el problema de distribución a nivel global, por ejemplo, África es uno de los continentes donde están más en desventaja con algo que se llama: cierre de la brecha de los cultivos, es decir, si se les dieran más tecnologías y apoyo, podrían tener cosechas mucho más abundantes de las que hoy tienen y por otro lado, podrían perderse menos alimentos en la postcosecha, ya que podrían obtener herramientas para una mejor recolección o refrigeración.
Políticas para un óptimo manejo de recursos
Si bien, está la opción de aumentar la cantidad de recursos en zonas geográficas en déficit, también hay otras soluciones como, medir el consumo de estos en países donde hay abundancia y una gran cantidad de recursos desperdiciados. “Cerca del 30% de los alimentos se desperdicia, ya sea en la cosecha o posterior a ella, en los mercados, supermercados o nuestras casas, es decir, hay un montón de recursos que podríamos rescatar para tener alimentos para muchísima más gente de la que hoy habita en el mundo” indicó Jensen.
Para ello hay iniciativas internacionales que se han robado la mirada de sus países vecinos, tal como en Brasil, donde tienen una política que apunta a mejorar la calidad nutricional de los alimentos que se les dan a los niños y adolescentes en establecimientos educacionales y al mismo tiempo, potenciar a los productores locales.
Esto consiste en que, el estado de manera centralizada, pero la vez apoyándose en los municipios, se contacta con la gente que produce frutas y verduras cerca de las ciudades y les comprar directamente ellos para preparar la comida de los niños/as. En este ejemplo no hay desperdicio, ya que lo que se va a cosechar ya está siendo comprado y consumido al mismo tiempo.
En el caso de Chile ya hay algunas iniciativas, por ejemplo, en general cuando vamos a comprar frutas o verduras nos fijamos en cómo se ven, entonces aquellas que tienen formas distintas o manchas, no se compran y la gran mayoría de eso termina siendo desperdiciado, para ello se crearon campañas de información para comunicar que esos alimentos tienen las mismas propiedades que otra que se ve mejor. Además, hay empresas que ya se están dedicando a trabajar con este tipo de producto, ya sea para crear jugo, puré, y otros tipos de comidas que llegan al consumidor ya preparadas.
En relación con las contribuciones individuales, la académica señaló la importancia de desistir del consumo de alimentos con una huella de carbono más alta, ya que los sistemas alimentarios son responsables de ⅓ de las emisiones de gases de efecto invernadero.
En esto hizo énfasis a dejar el consumo excesivo de carnes rojas, que están asociadas a una alta emisión de metano y dióxido de carbono, además de intentar consumir productos locales, “ esto va de la mano de políticas que fomenten la producción cerca de ciudades o lugares de residencia, así logramos acortar las cadenas logísticas de suministro, entonces en vez de estar consumiendo en Europa una manzana que viene de Chile, podrían estar consumiendo algo que se ha producido de manera local y tener una huella de carbono más baja”.
Para ello indicó que se puede aumentar el consumo de productos alternativos como huevos, legumbres, y otros. No obstante, destacó que para su ejecución esto debe ir aparejado de educación y de concientización. En estos factores mencionados, un principal paradigma a inculcar es saber cocinar, “a los niños no se les enseña en la casa porque los papas no necesariamente saben, entonces podría ser algo que se enseñara en los colegios,con eso ya tendrían habilidades para sentirse cómodos yendo una feria y comprando productos locales para prepararlos ellos mismos”.
“Como Ingeniera Industrial trabajo con muchos recursos y trato de optimizar el uso de estos, pero es un desafío súper grande porque ahora somos más millones y se proyecta que a mediados de siglo serían 10.000 millones de personas, entonces debemos pensar cómo lograr que una cantidad creciente de habitantes en el planeta sigan viviendo bien y los que no viven todavía puedan vivir mejor. Es un desafío grande y creo que todos debemos contribuir de alguna u otra manera” finalizó la académica.
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