La rana grande chilena se describió por primera vez en 1758 y el diciembre del 2019 se confirmó su presencia en cuatro nuevos puntos en el norte del país

Lorenzo Palma, Ciencia en Chile. La rana chilena (Calyptocephalella gayi) es una especie endémica de Chile y se encuentra vulnerable. Pese a que en 1979 se había mencionado su presencia en Atacama, no se dieron a conocer detalles claros de su distribución, hasta ahora. Jorge Mella, biólogo senior, consultor de Cedrem Consultores e Ismael Horta jovén herpetólogo, del Centro de Investigación y Educación Ambiental para la Conservación Patrimonio Natural y colaborador de Fundación Katalapi, registraron un nuevo límite de distribución, para esta especie, en la zona norte.
En el marco de estudios ambientales para conocer la fauna y expediciones independientes en la región, “La distribución geográfica conocida hasta hace poco de la rana chilena era de la región de Coquimbo al sur, de modo que era extraño el hallazgo en la región de Atacama. El primer registro que tuve fue en el año 2009, mientras que los otros hallazgos por Ismael Horta, son del 2012 y 2014”, comentó Jorge Mella.

El registro aporta nuevo conocimiento de la especie y amplía en 150 km al norte su distribución, la que específicamente se extendía desde las cuencas de los ríos Elqui, Limarí y Choapa, en la Región de Coquimbo, y por el sur hasta Puerto Montt. Esta especie siempre vive en entornos acuáticos, como lagos, lagunas, charcos y humedales, son excelentes nadadoras y en se encuentran entre los 0 a 1200 metros sobre el nivel del mar.

Los puntos de los nuevos registros están en la Cuenca del río Huasco, en los sectores de Alto del Carmen, Río del Carmen, Freirina, en el humedal Tatara y Huasco Bajo, “los ambientes donde fueron observados eran de agua transparente, en remansos con vegetación ribereña y acuática, con sustrato rocoso y pedregoso. En general, esta especie prefiere aguas quietas como son los remansos y pozones”, explicó Mella.
“Lo más sorprendente es que los registros fueron en una cuenca donde no se conocía la presencia de esta especie, ya que los antecedentes previos más al norte eran hasta el río Elqui a más de 150 kilómetros de distancia” dijo el investigador.
En tanto, Jorge Mella e Ismael Horta comentan que, gracias a éste hallazgo surgen nuevas interrogantes por investigar, tales como la importancia de determinar, mediante estudios genéticos, el origen de ésta población en la cuenca del río Huasco, así como diversos aspectos de su historia natural, como su capacidad adaptativa, tolerancia térmica, entre otros.
La principal amenaza que afecta a ésta especie es la pérdida del hábitat que, en este caso, involucra factores como: la minería mediante el sobre consumo de agua y contaminación; la agroindustria, mediante uso de agroquímicos y sobre consumo de agua; el cambio climático, que está generando eventos de sequía más intensos y frecuentes, y el rol de enfermedades infecciosas emergentes, que es un fenómeno global y que siempre debe ser considerado, explica Ismael Horta, explicando además, que el La pérdida y/o contaminación de agua natural es la principal amenaza para la sobrevivencia, no sólo para la rana chilena, si no que para todos los anfibios de nuestro país. Este factor es el principal desafío que enfrentamos para la conservación de estas especies.